Acompánaste a Jesús y viste todo el bien que hizo. Alivió tanto
sufrimiento. Jesús sanó a 10 hombres enfermos,
rechazados y aislados de todos. Al ser curados, esos hombres
podían regresar a sus hogares, abrazar a sus familias, conseguir
trabajo. ¡Qué maravilla! Pero te diste cuenta que solo
uno se acordó de regresar y dar gracias. Tú, como apóstol
de Jesús, nunca te olvides de darle las gracias ......
agradece también a tus familiares, profesoras y
amigas que te hacen un bien.
Jesús también sana a un pobre hombre ciego
quien grita: "Jesús, hijo de David, ten misericordia
de mí". Por más ocupado que está, Jesús tiene
tiempo para ayudar a este pobre hombre. Por fin,
Bartimeo puede ver a su linda familia y amigos
por primera vez. Puede dejar de mendigar y
conseguir trabajo. ¡Ahora vivirá con dignidad!
Acuérdate como apóstol de Jesús de siempre
"tener tiempo" para los que te necesitan.
Jairo era un hombre bueno con solo una hijta que se enfermó
y falleció. Jesús llega hasta su casa para devolverle la vida,
pero tú ves como muchos se burlan de Él cuando dice que
la niña está dormida. ¡Qué cólera te da! El no se molesta ...
cierra la puerta y delante de sus padres, la resucita.
¡Qué alegría la de sus padres!
La niña abre los ojos, sonríe, y vuelve a ser la niña de antes.
Te ha pedido que seas su amiga ... y tú dices que "si".
Sigue el ejemplo de Jesús. Nunca dejes que la burla te
detenga. Como apóstol de Jesús, ¡siempre haz el bien!
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